Fango

El artista Isleño (de la Isla de San Fernando) Lolo Pavón presentó su primer largo con el sugerente título de Fango. Un coctel que promete corrupción urbanística, monstruos de las marismas, Antonio el profeta, Charli de monaguillo y toda una larga lista de personajes singulares.
Habrá que verla, desde luego el trailer atrae.

Laberinto

Cuando Egeo, el poderoso rey ateniense, vió las velas negras en el navío que regresaba de Creta, se volvió loco de desesperación al pensar que Teseo, su amado y valiente hijo había muerto, y se lanzó al mar para ofrecerse a Poseidón.
Desde ese día a este mar, dulce a veces y arisco en ocasiones, se le denomina así, el mar Egeo.
La fatalidad de las leyendas griegas. Teseo olvidó, borracho de su victoria frente al Minotauro, cambiar las tristes velas negras de la muerte por otras blancas que celebraran su éxito y avisaran a toda Atenas del fín de la deuda con Creta.
Deuda que obligaba al envío periódico de siete muchachos y siete muchachas para contentar al terrible hombre-toro en su laberinto.
Teseo si se llevó a un nuevo amor, a Fedra, la hermana de Ariadna, aquella que le ayudó a salir del laberinto. Más tarde bailó la danza ritual en el santuario de la isla de Delos, en honor a Apolo.

En este mismo mar hemos anclado en una pequeña bahía de la isla de Ios, en el centro de las Cícladas, buscando cobijo de un fuerte viento del sur que zarandea con ganas nuestro velero.
Esta es una bonita ensenada, con una playa cerrada por una montaña rocosa, donde un rebaño de cabras ramonea los pequeños árboles y matorrales. Trozos de marmol y piedras irisadas por el suelo. Una pequeña capilla ortodoxa, blanca, con un minúsculo cementerio, corona el alto.
Un paisaje homérico.
No es extraño que Homero, el padre de la Odisea y la Iliada, viniera a morir a esta isla de Ios.

Ahora, vuelvo a bucear, en busca de caracolas y lapas, sorteando erizos y escolopendras marinas, como un náufrago antiguo o un marinero amotinado abandonado en esta playa.