20 agosto 2006

Piscinas y autopistas

Siempre da gusto encontrarse con obra de David Hockney, pero para mí sobre todo su tiempo es el verano. Hockney es uno de los artistas fundamentales del pop intenacional, pintor, fotógrafo, escenógrafo... y cuantas cosas más. Nació en Bradford (Inglaterra) en en 1937, pero muy pronto se fue a los USA, donde empezó en los 60 su serie sobre piscinas de Los Angeles.









También fué un innovador de los "ensamblajes" con fotos de polaroid a principios de los ochenta.
Como esta conocida imagen de su obra denominada Pearblossom Highway. En estas obras se puede seguir su querencia por el cubismo.

En el año 2001 publicó su libro Secret Knowledge: Rediscovering the Lost Techniques of the Old Masters , en el cual Hockney hace de detective artístico, investigando las técnicas pictóricas de grandes pintores como Ingres, Velázquez o Caravaggio. Su "conocimiento secreto" se basa en el descubrimiento del uso de técnicas "fotográficas" antiguas como el uso de espejos o de la cámara oscura en algunos de los grandes maestros.

17 agosto 2006

Infortunio

A mitad de lectura de esta novela tengo que poner aquí una nota urgente de recomendación. La verdad es que estoy disfrutando con Infortunio (RBA,2006), el primer libro de Wesley Stace (Inglaterra, 1965). Con una mirada dickensiana y decimonónica el autor nos introduce en una historia extravagante en la cual un noble inglés enfermizo y amanerado recibe de forma sorpresiva un recién nacido en terribles condiciones. Lord Geofroi, el noble más rico de Inglaterra, proyecta sobre este niño todas sus confusiones personales, criándolo y educándolo como una niña, como su heredera. El desarrollo de la trama es imprevisible y sorprendente. Un estupendo retrato de la Inglaterra de principios del XIX, con muchos guiños a la bibliofilia (estupendo el papel de Anonyma, la bibliotecaria-madre).
El autor es el seudónimo de John Wesley Harding, un cantante-compositor de la escena independiente que lleva 14 discos grabados, del folk al pop. De hecho el último es un disco sobre el libro "Songs of Misfortune", compuesto sobre los temas del libro. Sería muy interesante escucharlo a la vez.

13 agosto 2006

Pobre Dodo

Siempre me atrajo el Dodo, ese pájaro con andares torpones y expresión entre triste y risueña (como la Mona Lisa). Sabemos como la rechoncha ave no voladora que vivió en la isla Mauricio del océano Índico desapareció a finales del siglo XVI, solo doscientos años después que fuera descubierto por los exploradores europeos.
Así se conservan imágenes, grabados,... incluso restos (no hace mucho pude ver en el programa de viajes Lonely Planet un museo dedicado al Dodo en la Isla Mauricio).

Recientemente un equipo de científicos holandeses han encontrado un yacimiento de fosiles con más de 3.000 años de antiguedad que contenía restos de Dodo (Raphus cucullatus) y de otras especies. Con este hallazgo se está intentando recomponer el ecosistema primigenio del pájaro y descifrar algo de lo que pudo ser su vida. Lo que parece que está claro es que no se extinguió por la caza (hay documentos que muestran que los colonos holandeses no apreciaban su carne) o la deforestación (que es posterior a su extinción). Lo que sí parece que tuvo que ver es la competencia de los mamíferos introducidos, principlamente monos y cerdos.

Mientras nuestro solitario pájaro bobo seguirá viviendo entre las páginas de Alicia en el país de las maravillas





--¿Qué es una Carrera Loca? --preguntó Alicia, y no porque tuviera muchas ganas de averiguarlo, sino porque el Dodo había hecho una pausa, como esperando que alguien dijera algo, y nadie parecía dispuesto a decir nada.
--Bueno, la mejor manera de explicarlo es hacerlo.
(Y por si alguno de vosotros quiere hacer también una Carrera Loca cualquier día de invierno, voy a contaros cómo la organizó el Dodo.)
Primero trazó una pista para la Carrera, más o menos en círculo («la forma exacta no tiene importancia», dijo) y después todo el grupo se fue colocando aquí y allá a lo largo de la pista. No hubo el «A la una, a las dos, a las tres, ya», sino que todos empezaron a correr cuando quisieron, y cada uno paró cuando quiso, de modo que no era fácil saber cuándo terminaba la carrera. Sin embargo, cuando llevaban corriendo más o menos media hora, y volvían a estar ya secos, el Dodo gritó súbitamente:
--¡La carrera ha terminado!