Esta interesante directora iraní desarrolla con medios muy sencillos una sensible, y a la vez fortísima, historia. Bajo un claro símbolo de la barbarie fundamentalista, como es el Buda que dinamitaron los talibanes en Bamian, Afganistán, en 2001, viven miles de familias que se dedican al pastoreo y a la agricultura de subsistencia. Allí son los niños los que reproducen en sus juegos los códigos de una sociedad tan violenta y donde la protagonista , Baktai, una niña de seis años, intenta como sea aprender a leer y tener un cuaderno.
Increíble que en toda Andalucía se pueda visionar en un solo cine, el Cine Avenida en Sevilla (así nos va)
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