Enfrente de la Isla del mismo nombre, donde según la leyenda se situaba el templo de Hercules y en la desembocadura del Caño Suazo, se encuentra el poblado almadrabero de Sancti Petri. O más bien se encontraba, puesto que las máquinas están ya arrasando este enclave. Despues de treinta años de abandono y desidia han llegado a la conclusión de que es mejor tirarlo y construir un estupendo centro de ocio. Miedo da conociendo a las mentes preclaras del urbanismo de Chiclana, termino municipal al que el poblado pertenece.
Desde que en 1929 se establece el Consorcio Almadrabero las chabolas que existían allí dieron paso a un poblado con colegios, iglesia, lonja del pescado, factoría... y viviendas para los trabajadores, todo alrededor del atún rojo. En aquella época se cogían entre cinco mil y treinta mil atunes por temporada y venían almadraberos desde distintos puntos de Andalucía.
Este lugar constituía desde su abandono en 1973 un espacio emocional, un paisaje importante para los habitantes de la Bahía de Cádiz.
Es increible que en cualquier país civilizado este enclave se hubiera conservado y restaurado como patrimonio común, que podría haber funcionado como un recurso cultural y turístico, en una zona que solo se ha apostado por urbanizar playas y promover viviendas ilegales por doquier y que realmente hay poco interesante por visitar y conocer.
En fin un escandalo...
Que los fantasmas de los almadraberos persigan a los responsables de esta decisión.
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